Cuando vemos a una mujer de 45, de 50 o de 60 años ya entrada la menopausia y que se mantiene bien, en la mayoría de los casos, nos ha de sorprender. Cuando nos llega esta nueva etapa de nuestras vidas, nos cuesta ser positivas. Cambiamos, es cierto, pero… ¿acaso no lo hace todo nuestro alrededor?
Hay que tener una actitud positiva. Eso es lo que repiten los expertos cuando se refieren a la etapa madura de la mujer, pre y post menopausia. Y, aunque llega un momento en que «nos notamos diferentes», ni la edad ni las hormonas tienen derecho a cambiarnos.
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Por otro lado, la media de vida de las españolas es de 83 años. ¡Pasamos una tercera parte de nuestra existencia sin hormonas femeninas! Es cierto que el cuerpo va a experimentar cambios en un momento concreto: los ovarios van a dejar de producir estrógenos y pueden aparecer sofocos o irritabilidad y aumentar el riesgo de osteoporosis u obesidad.
Pero si nos adaptamos y somos positivas, la calidad de vida no tiene por qué verse afectada. Convéncete: se trata de una nueva etapa en la que debes cuidarte algo más, pero también tiene su «lado bueno». Es necesario un período de adaptación pero después está «mejor que nunca».
Menopausia: Una razón de peso para hacer ejercicio
Camil Castelo-Branco, profesor titular de obstetricia y ginecología y consultor del hospital clínic de Barcelona asegura que «es cierto que, con la edad, el metabolismo basal se vuelve más lento y los requerimientos calóricos disminuyen. Eso significa que realizando la misma actividad e ingiriendo igual cantidad de alimentos, existe una tendencia a subir de peso que ronda los cuatro o cinco kilos por década«.
- Ponte en marcha. La doctora Marga Durán, autora del libro Menopausia ¡naturalmente!, Asegura que caminar 30 minutos al día es suficiente para controlar los kilos. En cuanto a la dieta, conviene reducir la ingesta calórica un 5% aproximadamente y aumentar el consumo de calcio (los cinco primeros años los huesos pierden mineral y hay que prevenir ese efecto).
¿Quién ha dicho que baja la libido?
«Cuando hay carencia de estrógenos, el epitelio y las mucosas que recubren la vagina se vuelve más delgadas y frágiles, aumenta la sensación de quemazón, disminuye la lubricación y las relaciones pueden ser molestas para algunas mujeres» tal y como lo escribe el doctor Castelo-Branco.
- Sexualidad madura y tranquila. Hoy en día existe un arsenal de productos (desde geles hidratantes hasta tratamientos hormonales tópicos contra la sequedad vaginal) que puedan ayudar a que las relaciones sean satisfactorias. Piensa que la sexualidad nace con la vida y muerte con ella. Está ligada a la necesidad de querer y de que nos quieran. A las ganas de sentir placer. Y eso no cambia aunque sumes años. Es más, en esta etapa las cargas familiares suelen ser menores, no se acumula tanto cansancio y, por supuesto, las mujeres se liberan del riesgo de una maternidad no deseada. En definitiva, una serie de aspectos positivos para disfrutar de la sexualidad una forma madura.
Infecciones de orina a partir de los 50
Como ya hemos dicho, a partir de los 50 las paredes vaginales son más frágiles por la falta de estrógenos y esto altera también el «ecosistema» de la zona y favorece que se instalen las bacterias.
- Remedios que funcionan. El especialista recomienda beber más agua para aumentar el número de micciones, con lo que disminuye la orina retenida y se dificulta el crecimiento bacteriano. También es bueno acidificar la orina con vitamina C. (cítricos y arándanos) ya que dificultan la adhesión de las bacterias a las paredes de la vejiga.
Las consecuencias «positivas» de los sofocos.
Calor abrasador, sudores… de entrada, cuesta ver el lado bueno de los sofocos, un síntoma de este período que puede lidiarse aumentando la ingesta de estrógenos vegetales como los de la soja.
Menos riesgo de cáncer de mama. Un estudio americano ha demostrado que las mujeres que lo sufren con frecuencia tienen hasta un 50% menos de riesgo de cáncer de mama. La razón se explica en que los sofocos se deben al descenso significativo de estrógenos. Y uno de los causantes de este tumor es justo lo contrario: un alto nivel de estrógenos.
Adiós a la depilación y al cutis graso
Con la ausencia de estrógeno la piel pierde colágeno se vuelve más fina.
- Esto se traduce en… un cutis más fino y menos hidratado. Aparecen más arrugas, pero si has tenido un cutis graso toda la vida y con tendencias a granitos verás cómo mejora el problema. El baile hormonal (al bajar los estrógenos aumentan de forma relativa los andrógenos-las hormonas masculinas-) también disminuye el vello púbico y axilar. Si además pierdes mucho pelo, el médico puede recetar anti andrógenos.
La menopausia no eleva el riesgo de infarto
Siempre se nos ha dicho que, llegada la menopausia, el corazón pierde el efecto protector de los estrógenos y la mujer puede estar más expuesta a enfermedades cardiacas. Sin embargo, una investigación realizada por la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.) Ha demostrado que el aumento de problemas cardiovasculares en las féminas tiene que ver más con la edad que con la disminución hormonal típica del climaterio. Esto no quiere decir que no debas cuidar tu corazón cuando llegues esta etapa ya que, a medida que sumas años, las células de este órgano y las arterias envejecen, como ocurre con cualquier tejido del cuerpo. Por tanto, te conviene igualmente adoptar buenos hábitos, hacer ejercicio y seguir una dieta cardiosaludable.