Los políticos rara vez tuitean sobre asuntos privados aquí en este país. Con razón: las cosas personales tienen más probabilidades de ser rechazadas, como ha demostrado un estudio en Alemania y Suiza. Por otro lado, aquellos que usan Twitter principalmente para entregar información política pueden usarlo para capturar las voces de los votantes de otros partidos.
El equipo dirigido por la politóloga Nathalie Giger de la Universidad de Ginebra recopiló publicaciones en Twitter de más de 1.700 parlamentarios en Alemania y Suiza. Aquí y allá, poco menos del cinco por ciento de los tuits eran sobre asuntos privados, como un pasatiempo personal. En Alemania, casi una de cada cuatro publicaciones trataba sobre política, en Suiza, un tercio. Los tweets restantes cubrieron otros temas, por ejemplo, se retuitearon artículos de periódicos o se anunciaron eventos de fiestas.
Con base en este estudio preliminar, los investigadores desarrollaron tuits de políticos ficticios. Usando una plataforma en línea, luego reclutaron a más de 4300 adultos en Alemania y Suiza que usaban Twitter en su vida diaria y les presentaron sus tweets. A veces se trataba de cuestiones privadas, a veces de política de salud o de pensiones en general, ya veces de posiciones políticas específicas sobre salud y pensiones.
Cuanto más detallado y específico sea el contenido político, mejor será recibido el tuit, independientemente del nivel educativo de los encuestados. Ni siquiera importaba si el tuitero era hombre o mujer. Una foto y una preferencia de partido coincidente, por otro lado, se sumaron al favor. En promedio, los encuestados querían elegir a la persona ficticia con un 57 por ciento de posibilidades si hacían declaraciones políticas concretas y un 42 por ciento si hacían declaraciones sobre asuntos privados.