Similar a Tamagotchi
Roberto Clatt
Smartwatch con organismo vivo
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- los cientificos tienen uno Smartwatch con moho vivo desarrollado
- Los usuarios deben proporcionar agua y alimento a los organismos unicelularespara que crezca y complete un circuito
- Si eso los seres vivos se secanla Las funciones del reloj ya no están disponibles
Los investigadores han desarrollado un reloj inteligente con un organismo vivo que solo funciona si la criatura recibe comida y agua regularmente.
Chicago (Estados Unidos). Científicos de la Universidad de Chicago han desarrollado un reloj inteligente con un organismo vivo. El reloj recuerda al Tamagotchi de 1997, una criatura virtual que necesitaba ser amamantada y alimentada. Según el artículo (PDF), el reloj de los científicos Jasmine Lu y Pedro Lopes utiliza en su lugar un moho mucilaginoso unicelular (Physarum polycephalum). En ciencia, esta especie se usa a menudo para experimentos de laboratorio.
Para usar el dispositivo portátil, el moho mucilaginoso que lo habita debe reponerse regularmente con agua y alimentos. Esto crea una conexión eléctrica que asegura que el reloj inteligente no solo muestre la hora sino también la frecuencia cardíaca del usuario.
El moho mucilaginoso vive en una cápsula transparente.
Los científicos también se refieren al moho mucilaginoso como una «mancha», en alusión a una película de ciencia ficción. En el reloj inteligente, el Blob vive en una cápsula transparente conectada a los demás componentes con un canal delgado. Cuando el hongo se alimenta adecuadamente, crece a través de este canal, cerrando así la conexión eléctrica. Para hacer esto, el hongo debe recibir agua una o dos veces al día y comida cada dos días.
Si los usuarios no se ocupan del hongo, este se secará y el reloj inteligente ya no mostrará la frecuencia cardíaca. Si se vuelve a alimentar más tarde, los protozoos se recuperan rápidamente.
Informe de usuarios con el reloj inteligente
En un experimento, los sujetos usaron el reloj inteligente vivo por hasta dos semanas. Los científicos no solo querían investigar la viabilidad biológica y técnica, sino también averiguar qué tipo de relación tiene el usuario con el ser vivo.
“Mucha investigación en el campo de la interacción humano-computadora tiene como objetivo hacer las cosas más fáciles y rápidas. Sin embargo, Jasmine sintió que debería haber más fricción. Debe cuidar el dispositivo y encenderlo todos los días solo porque quiere pensar en ello. Así que es mitad obra de arte y mitad investigación”.
El estudio muestra que los sujetos en realidad desarrollan una relación emocional con el moho de su reloj inteligente y monitorean de cerca su crecimiento y condición. Sin embargo, los participantes no vieron al hongo enjaulado y electrificado como una criatura lamentable. En cambio, el protozoario se percibía más como un compañero responsable del bienestar humano.