Entre el 59 y el 65% de las personas que han sido hospitalizadas posteriormente de la infección por COVID-19 sufren alteraciones cognitivas definidas como «clínicamente significativas» cuatro meses posteriormente del suscripción, según un estudio que apareció en la revista. Neuropsicofarmacología europea.[1]
Se negociación, como informa la propia nota de prensa, de un estudio a pequeña escalera que ha trillado el estudio de datos de 29 pacientes y, por consiguiente, este vínculo tendrá que demostrarse en un estudio más amplio.
La investigación fue realizada por un equipo de investigadores del Hospital Universitario de Copenhague, Dinamarca. Los investigadores siguieron a los 29 pacientes, ingresados en el mismo hospital por COVID-19, hasta cuatro meses posteriormente del suscripción. Durante este tiempo incluso se sometieron a una serie de pruebas cognitivas, algunas de las cuales fueron bártulos para evaluar el educación verbal y la memoria, así como la memoria de trabajo, la fluidez verbal, la velocidad de procesamiento y la función ejecutiva.
Un porcentaje entre el 59 y el 65% de estos pacientes pareció mostrar un trastorno en este rendimiento cognitivo en comparación con los sujetos del clase de control formado por sujetos de buena vitalidad de la misma vida y educación. Las habilidades que sufrieron un longevo trastorno fueron el educación verbal y la flexibilidad mental.
Según los propios investigadores, este es el primer estudio que tiene en cuenta y analiza los trastornos cognitivos tras una hospitalización por COVID-19. Según los investigadores, el trastorno de las funciones cognitivas antaño mencionadas se relacionó con una último función gremial y una último calidad de vida. Los propios investigadores admiten que se negociación de un pequeño estudio no longitudinal.
Según los investigadores, estas dificultades cognitivas podrían estar relacionadas con niveles más altos de dímeros durante el curso de la infección. Es un tanteador de coagulación sanguínea en los pulmones. Los investigadores incluso encontraron vínculos entre estos defectos cognitivos y el porción de disfunción pulmonar cuatro meses posteriormente del suscripción. Según los investigadores, esto podría significar que el suministro de oxígeno al cerebro probablemente se vio afectado durante el curso de la infección, poco aún por confirmar.[1]
Este estudio «también sugiere que la cognición y las habilidades intelectuales deben investigarse más a fondo, especialmente en el contexto del síndrome COVID-19 posaguda»,[1] como explica Eduard Vieta, editor de Neuropsicofarmacología europea, la revista en la que se publicó el estudio.[2]
Notas e ideas
- AlphaGalileo> Visualización de artículos (IA)
- Deficiencias cognitivas cuatro meses posteriormente del suscripción hospitalaria por COVID-19: patrón, pesantez y asociación con variables de enfermedad – ScienceDirect (IA) (DOI: 10.1016 / j.euroneuro.2021.03.019)