Durante más de 100 años, nadie supo si la tortuga gigante de Fernandina todavía existía. Ahora, los análisis genéticos de un espécimen encontrado en 2019 muestran: la especie todavía existe, solo ahora. Un grupo de cinco guardaparques rastreó al animal en febrero de 2019 en la isla Fernandina, geológicamente la más joven de las Islas Galápagos. Un equipo liderado por Gisella Caccone de la Universidad de Yale ha confirmado, según el Ministerio de Medio Ambiente de Ecuador, que la hembra pertenece a la especie vista por última vez en 1906. Chelonoidis phantasticus pertenece. Para ello, el equipo comparó su genoma con el material genético del animal que fue sacrificado hace 115 años. Cuando se rastreó a la tortuga en 2019, los guardaparques encontraron más evidencia de especímenes adicionales para que la especie pudiera salvarse a través de un programa de reproducción específico.
Siempre hubo indicios de que la especie aún existía: huellas, heces o marcas de mordeduras en los cactus. La Organización Mundial de la Naturaleza (UICN) enumeró la especie como «probablemente extinta» hasta 2017, pero ahora se considera «en peligro crítico». Ahora, en la segunda mitad de 2021, los guardaparques del Parque Nacional Galápagos, junto con expertos de la Iniciativa de Restauración de Tortugas Gigantes (GTRI), quieren buscar más especímenes de la especie para reproducirlos en una estación de reproducción. El modelo podría ser las tortugas gigantes de la isla Española, 14 de las cuales se conocían al inicio del programa. Ahora más de 1000 animales viven nuevamente en la isla.