¿Cada vez más parecidos o cada vez más diferentes? Los biólogos han descubierto que ambas cosas son válidas para la diversidad biológica de los ecosistemas. Muchas comunidades se vuelven más similares con el tiempo debido a cambios locales y regionales, pero casi la misma cantidad se desarrolla en diferentes direcciones. Estas dos tendencias –homogeneización y diferenciación biótica– están más o menos equilibradas. Esto también debe tenerse en cuenta al evaluar la biodiversidad global.
La naturaleza está en crisis, cada vez más especies se extinguen y la biodiversidad global está disminuyendo, según la ciencia. Pero los estudios sobre el cambio de la biodiversidad pintan un panorama más complejo si se examinan más de cerca. Cuando se trata de ecosistemas individuales, los investigadores a menudo no están de acuerdo sobre cómo reaccionarán las especies que viven allí a los cambios causados por el hombre. «Se supone que una característica clave de la crisis de la biodiversidad es que las comunidades de especies se están volviendo cada vez más similares», dice Shane Blowes del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv). Según esta teoría, en diferentes lugares siempre prevalece la misma especie, mientras que criaturas diferentes y más especializadas desaparecen. Este fenómeno se llama homogeneización biótica. Pero, ¿qué tan común es este desarrollo en la realidad?
La teoría de la biodiversidad puesta a prueba
El equipo de Blowes ha probado ahora esta hipótesis y, por primera vez, ha evaluado exhaustivamente cómo se desarrolló la riqueza de especies de varios ecosistemas durante largos períodos de tiempo y cómo interactuaron los cambios individuales en las comunidades de especies. Para ello, los biólogos analizaron 525 conjuntos de datos a largo plazo recopilados en diversos ecosistemas como sabanas, praderas o arrecifes de coral. Algunos datos se remontan a 500 años. «Combinamos una medida clásica de los cambios en la biodiversidad dependientes de la escala con una gran cantidad de datos», explica Blowes. Los científicos determinaron en detalle cómo cambió el número de especies diferentes, tanto en un solo sitio como en múltiples sitios dentro de un paisaje o región geográfica. De esta manera, los investigadores pudieron determinar si la composición de especies en lugares individuales se había vuelto más similar o más diferente.
El resultado: «Descubrimos que las comunidades se vuelven más similares con el tiempo a medida que se vuelven más diversas en respuesta a las influencias humanas», dice Blowes. Aunque el número de especies ha aumentado o disminuido en muchos lugares, en la mayoría de los casos la variación espacial en la composición de especies no ha cambiado. Como descubrieron los investigadores, las tendencias netas a menudo eran cercanas a cero. Durante un largo período de varios cientos de años y en regiones más grandes, los datos en realidad mostraron una débil tendencia hacia la homogeneización, especialmente a medida que las especies extendidas aumentaron en las comunidades. Sin embargo, esta tendencia fue compensada a nivel local por la diferenciación de comunidades. Esto se aplica a todos los seres vivos, desde peces hasta aves, plantas y mamíferos, informan Blowes y sus colegas.
El complejo desarrollo de la biodiversidad requiere una reevaluación periódica
«Nuestro análisis muestra cuán complejo es el tema», dice el autor principal Jonathan Chase de iDiv. «Nuestros hallazgos no significan que no haya cambios serios debido al impacto humano en el medio ambiente, pero debemos abandonar la suposición de que la biodiversidad cambia principalmente en forma de homogeneización». La homogeneización ocurre, por ejemplo, cuando las especies se propagan y ocurren en cada vez más lugares. La desaparición de especies comunes en algunos lugares, pero no en todos, conduce a la diferenciación.
Según los biólogos, el hecho de que una comunidad de especies locales tienda a la homogeneización o a la diferenciación depende de varios factores. El factor decisivo pueden ser, por ejemplo, carreteras o vallas que fragmentan el paisaje, pero también el cambio climático, que obliga a las especies a migrar. La introducción de plantas y animales exóticos también puede cambiar significativamente un ecosistema. Un ejemplo es el cangrejo rojo de los pantanos, originario del norte de México y el sureste de Estados Unidos. Su propagación en aguas alemanas conduce a una homogeneización. Por lo tanto, la cuestión de si una especie o ecosistema debería protegerse mejor puede cambiar con el tiempo y debe reevaluarse periódicamente en el contexto de otros hábitats, concluyen los investigadores. «Estamos descubriendo cada vez más que muchas especies en peligro de extinción necesitan ser protegidas en múltiples sitios o a nivel de paisaje», añade Blowes.
Fuente: Shane Blowes (Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad Halle-Jena-Leipzig) et al., Science Advances, doi: 10.1126/sciadv.adj9395