Luego de realizar experimentos en ratones recién nacidos, un equipo de científicos, como se describe en un estudio publicado en Avances de la ciencia, encontró que los sonidos cambian los patrones de «cableado» en varias áreas del cerebro de los mismos ratones recién nacidos incluso antiguamente de que se rada el canal auditivo, por lo tanto, antiguamente de lo que plantearon varios científicos.
En los ratones, de hecho, los conductos auditivos se abren solo 11 días posteriormente del salida, mientras que en los humanos el conducto auditivo se abre antiguamente del salida, cerca de de la semana 20 de desarrollo. Este estudio, según los investigadores, resultará útil para identificar aquellas áreas del cerebro que son importantes para el sistema auditivo de los seres humanos.
En particular, los investigadores creen que la materia blanca del cerebro, que se encuentra debajo de la corteza, tiene conexiones particulares e importantes para el sistema auditivo y para otros sistemas sensoriales.
En esta sustancia se encuentran las llamadas neuronas de subplaca, algunas de las primeras neuronas que se desarrollan en el cerebro de los fetos (se desarrollan cerca de de la semana 12 de desarrollo en humanos y la segunda semana en ratones). Se manejo de neuronas primordiales que luego desaparecen con el ampliación del cuerpo (en el ser humano, la desaparición de estas neuronas primordiales se produce en un período que va desde exacto antiguamente del salida hasta los primeros meses de vida).
Pero antiguamente de que desaparezcan, estas grandes neuronas establecen conexiones entre áreas esencia del cerebro que subyacen a los sistemas sensoriales. Entre estas áreas se encuentran el tálamo y las capas medias de la corteza.
“El tálamo es el intermediario de la información de los ojos, los oídos y la piel en la corteza”, explica Patrick Kanold, profesor de ingeniería biomédica en la Universidad Johns Hopkins y uno de los autores del estudio. «Cuando las cosas van mal en el tálamo o sus conexiones con la corteza, ocurren problemas de desarrollo neurológico».
Al realizar experimentos en ratones sordos y ratones con concierto frecuente, los investigadores encontraron que los sonidos pueden cambiar los circuitos cerebrales ya en los primeros días de vida, en el momento en que, o poco antiguamente, los canales auditivos se abren. al día 11 de vida en ratones.
«Cuando las neuronas se ven privadas de información, como el sonido, las neuronas se estiran para encontrar otras neuronas, posiblemente para compensar la falta de sonido», explica Kanold. «Esto sucede una semana antes de lo que pensamos y nos dice que la falta de sonido probablemente reordena las conexiones en la corteza inmadura».