Un equipo de investigadores de Skoltech y la Universidad de Texas en Austin han desarrollado sensores “inteligentes” para vendajes de heridas que pueden monitorear las heridas por sí mismos y acelerar y mejorar la cicatrización.
Este sensor portátil es especialmente adecuado para la cicatrización de heridas crónicas, úlceras y heridas cutáneas y permite, en muchos casos, no retirar ni siquiera los vendajes para comprobar la pesantez de las heridas.
Las heridas «crónicas» son aquellas que no suelen cicatrizar rápidamente. Las más conocidas son las úlceras del pie diabético o las úlceras por presión. Pueden ser dolorosos para los pacientes pero igualmente para quienes tienen que tratarlos, es sostener, para médicos y profesionales de la vitalidad, representan una especie de «pesadilla». Esto se debe a que cuando hay que retirar los vendajes de la herida, esta energía puede retirar y / o dañar el delicado tejido que está en proceso de cicatrización y esto provoca dolor al paciente o, en el peor de los casos, infecciones.
Los vendajes inteligentes desarrollados por los investigadores son en cambio sensores portátiles que pueden monitorear biomarcadores particulares que son muy importantes durante el proceso de curación de heridas. El sensor electroanalítico está compuesto por una matriz de ultramicroelectrodos de carbono y se coloca sobre un sustrato de tereftalato de polietileno (PET).
Utilizando entornos de heridas simulados, los investigadores probaron el nuevo sensor controlando tres biomarcadores particulares: la piocianina, una sustancia producida por la bacilo. Pseudomonas aeruginosa en las heridas crónicas, el óxido nítrico, una sustancia producida por las células del sistema inmunológico cuando tiene que batallar contra las infecciones bacterianas, y el ácido meadero, un metabolito que está conexo al nivel de pesantez de la herida.
Se negociación de tres compuestos electroactivos: actúan en relación con la actividad eléctrica y, por consiguiente, pueden ser detectados por un sensor. Los experimentos demostraron que estos sensores se pueden utilizar de forma eficaz para controlar las heridas y su nivel de pesantez. “El siguiente paso es utilizar esta tecnología de sensores para estudios in vivo y monitoreo en tiempo real de la efectividad del tratamiento de heridas en sujetos humanos en entornos clínicos”, explica Keith Stevenson, uno de los autores del estudio.