La basura espacial se está convirtiendo en un problema creciente. A medida que aumenta el número de satélites en órbita, también aumenta el riesgo de colisión. Si las partes se rompen, flotan en el espacio y, a su vez, pueden dañar otros misiles hasta la Estación Espacial Internacional. Dado que las partículas de desechos pequeñas no se pueden rastrear desde la Tierra, se requieren mediciones directamente desde el espacio. El grupo de trabajo de estudiantes «Move» de la Universidad Técnica de Munich, una cooperación entre la Cátedra de Astronáutica y el Grupo de Trabajo de Ciencia de Misiles y Vuelo Espacial (WARR), está desarrollando satélites para localizar dichos desechos espaciales. Ahora los jóvenes investigadores están un paso más cerca de la realización de su proyecto actual.
El domingo, un globo estratosférico despegó del campo de fútbol del campus de investigación de la Universidad Técnica de Munich en Garching. En su equipaje: un prototipo revisado del satélite «Move III» desarrollado por los estudiantes. El globo llevó el satélite, que estaba encerrado en una bola de espuma de poliestireno, a una altitud de casi 36 kilómetros, donde ya prevalecen las condiciones espaciales. Durante el vuelo, que duró unas tres horas, los alumnos pudieron comprobar desde tierra el correcto funcionamiento del nuevo software y hardware, en particular del sistema de comunicación y de la cámara en directo, que se instalaba por primera vez.
Los líderes estudiantiles de Move, Batuhan Kartopu y Felix Firmbach, estaban encantados con el resultado del vuelo de prueba. El nuevo sistema de comunicaciones enviaba los datos a la estación terrestre durante el vuelo. Hasta que «Move III» esté listo para su primer uso real en el espacio, todos los componentes deben someterse a pruebas exhaustivas. De modo que el satélite puede seguir a sus predecesores: «First Move», «Move II» y «Move IIb» ya están dando vueltas alrededor de la tierra.