Este robot de cuatro patas tiene articulaciones en forma de araña.
©KrzysztofPawel/stock.adobe.com | MPI para Sistemas Inteligentes y Universidad de Colorado Boulder
Una pinza basada en un modelo biológico agarra una fresa sin dañarla.
©MPI para Sistemas Inteligentes y Universidad de Colorado Boulder
Los científicos del Instituto Max Planck de Sistemas Inteligentes han desarrollado un nuevo pulgar robótico plásticamente deformable. Esto le permite agarrar y sentir objetos con el mismo nivel de sensibilidad que un miembro humano.
©imagen Alianza/dpa/Silas Stein
El dedo artificial contiene un anillo con varios diodos luminosos, un esqueleto y un elastómero flexible.
©imagen Alianza/dpa/Silas Stein
Para descubrir qué material es más adecuado para el pulgar robótico, el equipo de investigación examinó una amplia gama de diferentes plásticos elásticos para determinar sus propiedades y su idoneidad para su uso.
©imagen Alianza/dpa/Silas Stein
Investigadores del Departamento de Materiales Robóticos, dirigidos por el director de Max Planck, Christoph Keplinger (a la izquierda en la foto), estudian sistemas de materiales complejos y desarrollan nuevos materiales para músculos artificiales y otras aplicaciones de robótica blanda.
©Wolfram Scheible para MPI-IS
El músculo artificial consiste esencialmente en una bolsa de plástico especial llena de aceite.
©Wolfram Scheible para MPI-IS
Un robot blando inspirado en una medusa es sometido a un experimento en el agua.
©Instituto Max Planck
Los robots blandos permiten una interacción íntima entre humanos y máquinas, como un abrazo «HuggieBot».
©Axel Griesch para MPI-IS