¿Qué posibilidades hay de que haya evolucionado otra vida inteligente en nuestro universo? Un equipo de investigación internacional dirigido por el cosmólogo Daniele Sorini de la Universidad de Durham abordó esta cuestión y desarrolló un nuevo modelo teórico. El enfoque se basa en la observación de las condiciones que conducen a la formación de estrellas alrededor de las cuales podría desarrollarse la vida. El estudio, financiado por el Consejo Europeo de Investigación y en el que también participaron científicos de la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Ginebra, fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
El modelo recuerda un poco a la famosa ecuación de Drake, que el astrónomo estadounidense Frank Drake creó en los años 60 para calcular el número de civilizaciones extraterrestres detectables en nuestra galaxia, la Vía Láctea. La fórmula es un producto cuyos factores sólo pueden estimarse de forma muy aproximada debido a la falta de conocimientos precisos. Estos incluyen factores influyentes como la tasa promedio anual de formación de estrellas en nuestra galaxia, la proporción de estrellas con sistemas planetarios, la proporción de planetas con civilizaciones interesadas en la comunicación interestelar y la vida útil de una civilización técnica en años.
El enfoque presentado en el nuevo estudio consiste en calcular la fracción de materia bariónica ordinaria que se agrega para formar estrellas a lo largo de la vida del universo, para diferentes valores de la constante cosmológica. Esta cantidad describe la forma preferida de energía oscura, invariante en el tiempo, la fuerza misteriosa que está dividiendo el universo a un ritmo acelerado y representa más de dos tercios del contenido de energía del universo local.