Después de perder contacto: La Voyager 1 vuelve a transmitir en su antigua onda
Después de problemas técnicos, la NASA perdió la conexión con la nave espacial. Ahora la Voyager 1 ha vuelto a hacer contacto con la Tierra utilizando una frecuencia de transmisión que no se utiliza desde 1981.
Tiene casi 50 años, pero aún no ha sido cancelado: la sonda espacial Voyager 1 ha demostrado una vez más que, a pesar de diversas dificultades técnicas, sigue siendo un mensajero fiable desde los rincones más remotos del sistema solar. Según anunció en un comunicado la NASA, la agencia espacial estadounidense perdió temporalmente el contacto con la sonda después de que ésta enviara la orden de activar un sistema de calefacción el 16 de octubre. La Voyager 1 se encuentra ahora a una distancia de unos 25 mil millones de kilómetros de la Tierra y una señal viaja durante casi 23 horas de ida y vuelta. Por lo tanto, la NASA esperó durante dos días la confirmación de la frecuencia habitual, pero fue en vano. En cambio, el equipo encontró señales en una frecuencia diferente.
Al parecer, se activó varias veces seguidas un sistema de protección contra errores, después de lo cual la sonda ya no envió sus datos en la llamada banda X, sino en la banda S, que ahorra energía. La Voyager no ha transmitido en esta frecuencia desde 1981, después de que la sonda visitara Saturno como último planeta de su viaje y girara hacia los confines vacíos del sistema solar. Según la NASA, ni siquiera estaba seguro de si aún se podría recibir la débil señal, pero finalmente esto fue posible gracias a las gigantescas antenas parabólicas terrestres de la Deep Space Network.
En primer lugar, la NASA no quiere arriesgarse a reactivar la banda X y activar nuevamente el sistema de protección. Inicialmente se comunica con la Voyager 1 a través de la banda S hasta que finalmente se aclaran las razones de los problemas. De esta forma el equipo logró restablecer una conexión estable el 24 de octubre.
A lo largo de décadas, el largo viaje hasta el borde del sistema solar ha puesto a prueba los instrumentos. Para ahorrar energía procedente de baterías de radionucleidos cada vez más antiguas, según lo previsto, cada vez se han desconectado más instrumentos. Además, siempre se producían interrupciones técnicas inesperadas. Sin embargo, la sonda está demostrando ser sorprendentemente robusta: la duración de la misión, inicialmente prevista para cinco años, ahora se ha multiplicado casi por diez y, aunque el final es inevitable, parece que la sonda quiere retrasarla lo más posible. . posible.
Comunicado de prensa de la NASA, 28 de octubre de 2024
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