¿Qué significa pensar demasiado y cuándo ocurre?
El término overthinking proviene del inglés y significa algo así como “pensar en algo demasiado o durante demasiado tiempo” o “pensar en algo sin cesar”. Overthinking describe la tendencia a pensar excesivamente y, por lo tanto, sugiere que puede ser una verdadera carga para los afectados. En particular, dos situaciones se consideran causas típicas de pensamiento excesivo:
- situaciones de toma de decisiones
El problema en las situaciones de toma de decisiones es que a menudo no hay nada bueno o malo. Nunca sabes cómo sería la vida si tomaras una decisión diferente. Y es precisamente en esta incertidumbre donde entra en juego el pensamiento excesivo: nos da la sensación a primera vista de que podemos tomar la decisión correcta si lo pensamos lo suficiente y lo tenemos todo en cuenta. El resultado son listas internas interminables de pros y contras y posibles próximos escenarios que se hacen cada vez más largas. Esto suele ir acompañado de sentimientos desagradables como el miedo, que dificultan el pensamiento racional y la toma de decisiones.
- Situaciones sociales
La mirada crítica de un colega, el rechazo de un amigo o la próxima reunión de los suegros: en tales situaciones, rápidamente puede comenzar un cine mental, por ejemplo: “¿Dije algo malo? ¿O tal vez no se refería a mí en absoluto? Aunque el otro día estuvo muy bajo. Por otro lado, actualmente está muy estresada en el trabajo. Pero lo hace a menudo y siempre es amable.
Pensar demasiado puede referirse a situaciones pasadas en cuyo significado estás pensando, así como a situaciones futuras para las que quieres estar bien preparado, por ejemplo.
Puedes imaginarte pensando demasiado como en un partido de tenis: los pensamientos se reproducen de un lado a otro en tu cabeza. Cada argumento se responde con un contraargumento y el juego nunca termina.
La psicología detrás del pensamiento excesivo: una mirada a la Edad de Piedra
Muchas de nuestras tendencias, como nuestro amor por el azúcar, nos hacen la vida difícil hoy en día, pero alguna vez fueron esenciales para la supervivencia. Lo mismo ocurre con el pensamiento y la reflexión. Quienes pensaban mucho en la Edad de Piedra supieron prepararse para posibles peligros y aprender de los errores: el pensamiento constante era y es un mecanismo de protección. No se trataba sólo de prepararse bien para el próximo frío invierno, sino también de orientarse en los grupos sociales para no ser excluidos.
Bueno saber
Las redes sociales y el pensamiento excesivo
Pensar si le gustas a otra persona, por qué una persona no te responde o cómo tu comportamiento resuena en los demás te ayuda a seguir siendo parte de tu grupo social. Sin embargo, estas consideraciones sociales ahora se ven reforzadas en gran medida por las redes sociales y las constantes filmaciones y fotografías de nuestro comportamiento, por lo que no es de extrañar que cada vez más personas informen que piensan demasiado.
¿Quieres dejar de pensar demasiado? 5 consejos para menos dolores de cabeza
Si constantemente piensas demasiado y quieres deshacerte de ello, aquí tienes 5 consejos psicológicos para ti:
1Toma conciencia de tu cerebro de la edad de piedra
Como hemos visto, nuestro cerebro es muy bueno para protegernos de peligros y errores y prepararnos mejor para los desafíos. La próxima vez que notes que empiezas a pensar en los problemas, trata de no enojarte, pero date cuenta de que pensar demasiado es una tendencia natural de los humanos y de nuestro cerebro. Por ejemplo, podrías decirte a ti mismo: “Querido cerebro de la Edad de Piedra: noto que quieres protegerme nuevamente lo mejor que puedas y estás pensando mucho. Pero de momento no hay ningún peligro y lo tengo todo bajo control».
2Vuelve al aquí y ahora
Cuando piensas demasiado, tu mente está en el pasado o en el futuro. Una forma de volver a estar más en el presente es mediante ejercicios de atención plena. A través del mindfulness podemos percibir conscientemente nuestro entorno o cómo se siente nuestro cuerpo. Una forma sencilla de empezar a utilizar la atención plena es centrarse en nuestras impresiones sensoriales. Por ejemplo, pregúntate qué ves, hueles, oyes y saboreas en este momento. Puede que al principio nos cueste, pero con un poco de práctica podemos aprender a vivir de nuevo el presente.
Consejo adicional: si desea instrucciones más detalladas sobre un ejercicio sencillo de atención plena, consulte nuestro artículo sobre prevención del estrés.
Las personas que tienden a pensar con demasiada frecuencia piensan en muchas posibilidades, y la lista de cosas a considerar es cada vez más larga. E incluso en las decisiones más simples pueden entrar en juego muchas consideraciones, como cómo afecta la decisión a nuestras relaciones, si nos obliga a salir de nuestra zona de confort o qué tan respetuosa con el clima es. Sin embargo, nuestro cerebro no tiene la capacidad de considerar una cantidad infinita de puntos al mismo tiempo. Para simplificar la decisión puede resultar útil centrarse en 2 o 3 aspectos. Por ejemplo, podrías prestar atención al impacto financiero de tus decisiones y a su facilidad de implementación.
4La pequeña palabra «debe»
Pensar con demasiada frecuencia hace que el proceso de toma de decisiones se vuelva tan largo y doloroso que al final no se toma ninguna decisión. Las listas de pros y contras son simplemente demasiado largas, la decisión es demasiado difícil y tendemos a posponer las cosas. Una forma de aliviar la presión y adoptar una perspectiva diferente puede ser cambiar la palabra «debe». Para hacer esto, reemplace la palabra «debe» por la palabra «sería». Por ejemplo, en lugar de la frase “Todavía tengo que pensar si quiero cambiar de trabajo” aparece: “Todavía quiero pensar si quiero cambiar de trabajo”. Este cambio lingüístico puede parecer inusual a primera vista. Pero deja claro que queremos tomar decisiones conscientemente, porque si no las tomamos nosotros, se tomarán por nosotros.
Ninguna decisión es una decisión.
5Permitir que los pensamientos se suelten
Pensar demasiado a menudo es provocado por pensamientos intrusivos o negativos, como: «Podría pasar vergüenza durante la presentación» o «Tal vez, después de todo, elegí la alineación equivocada». Entonces comienza a menudo el juego mental del tenis y tratamos de calmarnos con discusiones. Esto puede ayudar a corto plazo, pero a largo plazo significa que el pensamiento sigue surgiendo y el carrusel de pensamientos no se detiene. Para evitar pensar demasiado, es importante dejar que el pensamiento desagradable esté presente y tolerarlo. Aceptar que el pensamiento está ahí, que teóricamente podría ser cierto y que desencadena en nosotros diferentes sentimientos es el paso más importante. Esto puede ser desagradable y doloroso, pero sólo así los pensamientos se vuelven cada vez menos intrusivos y se puede lograr la paz interior.
¿Tiene sentido la psicoterapia para pensar demasiado?
Pensar demasiado es algo que mucha gente experimenta. Sin embargo, a veces pensar demasiado se convierte en una auténtica carga y limita la vida cotidiana. Entonces vale la pena pedir consejo a su médico o psicoterapeuta e informarse sobre cualquier ayuda. Porque pensar demasiado también puede ser un signo de fobia social, pensamientos obsesivos, baja autoestima u otro estrés psicológico.
Una posible forma de apoyo podría ser el curso de terapia psicológica online HelloBetter Stress and Burnout. Allí aprenderá, entre otras cosas, cómo afrontar problemas solucionables y no solucionables, cómo fortalecer su autoestima y cómo dejar de cavilar. Puede encontrar más información sobre el curso de terapia gratuito en nuestra página del curso.
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En la clase
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referencia
Wadstrom, O. (2015). Deje de cavilar y rumiar: esto es más fácil de hacer con la terapia cognitivo-conductual (TCC). Crear espacio.
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