Tariq Modood sobre la religión como dimensión central de la diversidad cultural
25 de enero de 2018 / Dra. Ulrike Wieland
¿En qué medida la diversidad cultural representa un desafío para la sociedad? Hablamos de ello con el profesor Tariq Modood de la Universidad de Bristol. En la entrevista en vídeo explica que en nuestros debates actuales, la diferencia cultural se define en gran medida por la dimensión religiosa. Cuando hoy hablamos de diversidad cultural, casi siempre nos referimos a los musulmanes y al Islam. El tema se discute en relación con la cuestión de la identidad nacional: ¿Es el Islam adecuado para Alemania? ¿Pueden los musulmanes ser alemanes al mismo tiempo?
¿Qué constituye la diversidad cultural?
Cuando hoy hablamos de diversidad cultural, a menudo nos referimos a los orígenes de las personas. Luego pregunte si alguien nació y creció en otro país o si sus padres o abuelos son de otro país. Esto va de la mano con el aspecto de la lengua o lenguas aprendidas. Otro aspecto importante de la diversidad cultural es la religión, es decir, el hecho de que en nuestra sociedad ya no todos comparten la misma orientación religiosa. Alrededor de un tercio de la población alemana no pertenece a ninguna religión. Sin embargo, los debates actuales giran casi exclusivamente en torno al Islam.
De hecho, hay muchos musulmanes en Alemania que son ciudadanos alemanes. Pero la imagen que la sociedad tiene de sí misma hasta ahora ha quedado rezagada con respecto a esta realidad, ya que “ser alemán” y “ser musulmán” todavía se perciben ampliamente como contradicciones (obviamente menos entre los propios musulmanes en Alemania que entre los miembros de la mayoría no musulmana). Tariq Modood señala que son principalmente personas laicas las que ven con escepticismo e incomodidad las identidades musulmanas que se hacen visibles en los espacios públicos.
Pluralizar la identidad nacional
Desde su punto de vista, la tarea de la sociedad es “pluralizar” la imagen social de sí misma, la identidad nacional, es decir, hacerla accesible y abierta a personas de diferentes orígenes culturales. Las diferentes identidades culturales y la identidad nacional no deberían enfrentarse entre sí como en un juego de suma cero, sino que deberían ir de la mano: se trata de respetar las diferencias y al mismo tiempo configurar una identidad compartida. Como señala Tariq Modood, esto no es una contradicción. El reconocimiento general de la diversidad como componente central de la identidad nacional puede desarrollar una fuerza que une a las personas.
Esta idea resume el lema de la ciudad canadiense de Toronto: “La diversidad es nuestra fuerza”. En Alemania a menudo nos centramos demasiado en las dificultades y los problemas. Es importante tener una mirada crítica ante los desafíos de situaciones complejas para desarrollar soluciones prudentes. Pero para poder ver posibles soluciones y también reconocer las oportunidades que ofrece la situación, debemos preguntarnos: ¿Cómo podemos transformar la diversidad existente en una fortaleza para Alemania?