La muestra de roca del asteroide Bennu, lanzada a la Tierra hace unas tres semanas por la sonda espacial «OSIRIS-REx», ha superado hasta ahora todas las expectativas. Como anunció ahora la agencia espacial estadounidense NASA, el material contiene trazas de agua y carbono, los componentes básicos de la vida. Además, en el contenedor de muestras había 250 gramos de desechos cósmicos en lugar de los 60 gramos esperados. «La muestra es la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás entregada a la Tierra y ayudará a los científicos a explorar los orígenes de la vida en nuestro planeta para las generaciones venideras», dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson, en una conferencia de prensa que incluyó fotos y videos del asteroide. . la evidencia se mostró por primera vez. Hace unos tres años, “OSIRIS-Rex” recogió el material mediante una complicada maniobra.
En septiembre, la sonda lanzó la muestra encerrada en una cápsula, protegida por un escudo térmico y ralentizada por un paracaídas, desde una altitud de unos 102.000 kilómetros, antes de aterrizar en el desierto del estado estadounidense de Utah. De allí fue llevado a laboratorios en el estado estadounidense de Texas, donde actualmente unos 200 científicos trabajan en el material utilizando 60 métodos de examen diferentes. El polvo del asteroide será analizado en profundidad en las próximas semanas, catalogado y luego puesto a disposición de investigadores y museos de todo el mundo.
La muestra está formada por trozos de polvo y roca de varios tamaños y pesa en total unos 250 gramos, aproximadamente tanto como un paquete de mantequilla, dijo la NASA. Inicialmente, los investigadores esperaban al menos 60 gramos, pero cuando el equipo abrió la tapa del contenedor por primera vez, descubrieron más material de asteroide que cubría el exterior del contenedor de recolección, la tapa y el fondo. «Nuestros laboratorios estaban preparados para cualquier cosa que Bennu nos tuviera reservado», dijo Vanessa Wyche, directora del Centro Espacial Johnson de la NASA. “Los científicos e ingenieros han trabajado codo a codo durante años para desarrollar cajas de guantes e instrumentos especiales para dejar intacto el material de los asteroides y preservar permanentemente las muestras para que los investigadores puedan estudiar este precioso regalo cósmico ahora y en las próximas décadas”.