(TRD/WID) La inteligencia artificial (IA) oculta oportunidades y riesgos. Esto también se aplica al mercado laboral. El Servicio de Información Empresarial (wid) destaca las ventajas de la automatización digital, pero también destaca las desventajas en un contexto de avances y carencias tecnológicas.
Desde un punto de vista macroeconómico, los avances en inteligencia artificial tienen efectos similares a los de la automatización, que ha hecho que cada vez más puestos de trabajo sean redundantes a lo largo de la historia industrial, pero al mismo tiempo también ha abaratado muchos bienes y servicios. Lo que la IA puede y no puede hacer es una pregunta para la que aún no se han proporcionado todas las respuestas. La pregunta es, por ejemplo, hasta qué punto la inteligencia artificial podrá combatir la grave escasez de trabajadores cualificados en Alemania. Como demuestra la actual huelga de guionistas en Estados Unidos, en la industria cinematográfica local se teme que la inteligencia artificial pueda escribir tramas enteras y dejar a los autores sin trabajo. Aún está por verse si la fábrica de sueños puede realmente digitalizarse para que ya no sean necesarias mentes creativas. Sin embargo, dado que los trabajadores de la construcción, los transportistas, los electricistas y muchos otros trabajadores físicos calificados no pueden digitalizarse tan fácilmente, es poco probable que la IA resuelva la escasez de trabajadores calificados en estos sectores.
El riesgo en el mercado laboral es, entre otras cosas, que la IA cree desempleo en algunos sectores sin eliminar la escasez de trabajadores calificados en otros. Posible consecuencia: mayor desempleo con un déficit laboral constante. En este momento se necesita una política laboral y educativa, ya que en Alemania no hay escasez de personas, pero hay muchas lagunas de habilidades que es necesario cubrir. Otro riesgo es la distribución desigual de las ganancias de productividad que acompaña a la expansión de la inteligencia artificial y la automatización. El fenómeno no es nuevo: durante el siglo XX la automatización creó más riqueza, pero sobre todo aumentó las ganancias de los empresarios. Si bien la clase media creció durante el llamado “milagro económico” posterior a la Segunda Guerra Mundial, su desarrollo permaneció estancado durante unas tres décadas. La clase media baja incluso ha perdido poder adquisitivo. No es una tarea trivial para los políticos garantizar que el aumento de la productividad resultante del desarrollo de la inteligencia artificial no termine simplemente en las cuentas de los poseedores de capital, sino que beneficie a la sociedad en su conjunto y reduzca el desempleo en lugar de simplemente redistribuirlo o incluso aumentarlo, poniendo así en peligro todo el estado social.