Planeta gigante: ¿Es la Gran Mancha Roja de Júpiter más joven de lo que se pensaba?
El ciclón gigante de Júpiter puede ser más joven de lo que se pensaba anteriormente, aunque el astrónomo Jean-Dominique Cassini detectó un lugar así en 1665.
La característica más famosa de Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar, es la Gran Mancha Roja (GRF), que domina el hemisferio sur como el ojo de un cíclope. El GRF es en realidad un huracán gigante con un diámetro mayor que el de la Tierra. En su interior soplan vientos de hasta 450 kilómetros por hora y se ha observado con telescopios durante siglos. Pero, ¿ha sido siempre la misma tormenta desde que el astrónomo ítalo-francés Jean-Dominique Cassini detectó por primera vez una mancha rojiza en el planeta gigante en 1665?
Quizás no, según un equipo de investigación dirigido por Agustín Sánchez-Lavega de la Universidad Española del País Vasco en Bilbao. Al evaluar fuentes históricas y simulaciones por computadora de la atmósfera de Júpiter y su comportamiento de flujo, el equipo concluye que la Gran Mancha Roja visible hoy no es la observada por Cassini. De hecho, después de su descubrimiento en 1665, la primera mancha roja fue rastreada y descrita continuamente con telescopios hasta 1713. Pero a partir de entonces, no se observó tal estructura en Júpiter durante 118 años, a pesar de que la calidad óptica de los telescopios continuó mejorando durante ese tiempo. período. En 1831, el astrónomo alemán Samuel Heinrich Schwabe volvió a detectar una mancha ovalada rojiza en el gigante gaseoso, que se ha observado continuamente desde entonces y que persiste durante más de 193 años hasta la actualidad.
La Gran Mancha Roja varía mucho en tamaño y ancho. Actualmente parece relativamente pequeño; es sólo aproximadamente 1,1 veces el ancho de la Tierra. Hace apenas 50 años, las imágenes de las naves espaciales Pioneer 10 y 11 de la NASA durante sus sobrevuelos cercanos en 1973 y 1974 mostraron un GRF mucho más extenso y de colores más vívidos, que abarcaba dos veces y media el ancho de la Tierra. En 1879, el GRF incluso se expandió hasta alcanzar más de tres veces el diámetro de la Tierra.
De hecho, es posible que el huracán de hoy algún día se disipe, sugieren las simulaciones por computadora del equipo. Al norte del ciclón, los vientos soplan hacia el oeste a velocidades de 180 kilómetros por hora, lo que equivale a un huracán extremo en la Tierra. Al sur del GRF, sin embargo, los vientos soplan hacia el este a 150 kilómetros por hora. Esto crea una fuerte cizalladura de la velocidad del viento en dirección norte-sur, lo que promueve la formación de fuertes y grandes vórtices. Dependiendo de las condiciones, el ciclón puede crecer, encogerse o disiparse por completo.
Permita que Javascript mantenga la funcionalidad completa de Spektrum.de.