musgos: Esta planta sobrevive incluso en el duro entorno.
Sin protección, pronto terminará en el espacio. Los tardígrados y los musgos, sin embargo, son más resistentes. Un experimento en la ISS lo demostró.

Esporofito de las especies de musgo. fiscomitrium patens: La planta viajó fuera de la ISS durante meses para realizar un experimento.
Los tardígrados son considerados los animales más resistentes del mundo. Sobreviven sin sufrir daños a la desecación, la congelación y la radiación de alta energía del espacio. Y ahora hay buenas noticias para ellos: su hogar favorito también podría sobrevivir ileso al viaje a través del cosmos, porque los musgos pueden incluso tolerar permanecer fuera de la capa protectora de una nave espacial, como lo demuestra un experimento de Chang-hyun Maeng de la Universidad de Hokkaido en Sapporo.
El biólogo comprobó junto con su equipo qué componentes del pequeño musgo de vejiga (Fiscomitrio patens) al igual que los protonemas (pregérmenes de musgo en forma de hilos), las células de cría o las cápsulas de esporas resisten mejor las condiciones adversas. Ya se ha demostrado que las cápsulas de esporas pueden resistir en grandes cantidades el calor, el frío, la congelación o el vacío. Por ello, iniciaron su viaje hasta la Estación Espacial Internacional ISS como objetos de prueba, donde luego orbitaron la Tierra fuera de la ISS durante nueve meses, prácticamente desprotegidos. Durante este tiempo estuvieron expuestos al frío extremo, la sequedad y la radiación del espacio. Después de su regreso a la tierra, fueron colocados en parcelas de nutrientes.
Para sorpresa de los investigadores, el 80 por ciento de las cápsulas de esporas analizadas germinaron y se transformaron en musgos vivos. Maeng y sus colegas habían planteado la hipótesis de que prácticamente todas las cápsulas de esporas no sobrevivirían a las duras condiciones. Al menos a este nivel celular, algunas plantas pueden sobrevivir en circunstancias muy extremas y tienen mecanismos de protección contra la fuerte radiación o el frío.
Si nos fijamos en la historia evolutiva de los musgos, esta resistencia tal vez no sea tan sorprendente: después de todo, se les considera las primeras plantas que conquistaron la Tierra hace 500 millones de años, donde allanaron el camino para las plantas superiores. La única consecuencia real mensurable del viaje al cosmos fue un nivel reducido de clorofila a, un pigmento verde esencial para la fotosíntesis. Después del cultivo, su contenido en musgos fue un 20% menor que en sus congéneres que no habían abandonado la tierra. Sin embargo, otras formas de clorofila no se vieron afectadas, lo que significa que el rendimiento general de la fotosíntesis de las plantas prácticamente no se vio afectado.
Maeng, C. et al., iScience 10.1016/j.isci.2025.113827, 2025
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