Un poderoso «sistema de modificación del clima» se completará para 2025 en una gran franja de China, según el Consejo de Estado chino. Será un dominio geográfica que se utilizará para ensayar con las tecnologías más modernas para la modificación químico del estado meteorológico de una región.
Un dominio de 5.5 millones de kilómetros cuadrados para ensayar.
La superficie sobre la que se producirán precipitaciones artificiales se extenderá por 5,5 millones de kilómetros cuadrados. El sistema de modificación del clima desarrollado por los chinos hará uso de los avances más recientes en el campo.
El tesina servirá para intensificar los servicios de apoyo en varias áreas esencia, desde la estimación de desastres por sequía y piedra hasta el trabajo de zonificación en áreas de producción agrícola. Los experimentos que se llevarán a parte en este gran ámbito todavía servirán para allanar las respuestas de emergencia a los incendios, especialmente los incendios forestales.
La precipitación ha sido provocada artificialmente durante primaveras
Ciertamente, no es la primera vez que China «juega» con el clima y la situación meteorológica. Desde hace varios primaveras, por ejemplo, se han «sembrado» nubes en China para achicar o aumentar las precipitaciones, lo que todavía se hizo, por ejemplo, durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
Y ni siquiera es el primer país que opera de esta forma pero sin duda es uno de los que más esfuerzos están haciendo y que están canalizando más posibles todavía en el contexto del calentamiento total en curso que, ciertamente, y todavía en muchas áreas de la Tierra. Asia, aumentará los eventos de sequía y hará que las áreas actualmente húmedas sean cada vez más áridas e inadecuadas para el cultivo.
Sembrando nubes
La siembra de nubes, todavía conocida como “siembra de nubes”, modifica la cantidad y el tipo de precipitación, principalmente precipitación, al dispersar sustancias químicas, como yoduro de plata o ázoe saldo, que actúan como agentes de condensación, entre las nubes. Todavía conocidas como «núcleos de hielo», estas sustancias son capaces de condensar gotas de agua y alterar los fenómenos microfísicos de las propias nubes para que puedan emitir gotas de precipitación, piedra o cocaína.
Un dominio tan egregio, como la que los chinos pretenden utilizar para realizar sus experimentos meteorológicos, supone que el nivel tecnológico en materia de siembra de nubes y otras tecnologías similares ha tocado evidentemente nuevos hitos que permitirán cambiar la situación meteorológica de las regiones en crecimiento.