Una especie de aspersor cósmico rocía más de 50 millones de masas solares de hidrógeno y otros elementos químicos a 20.000 años luz en el espacio. Un grupo de investigación internacional descubrió el gigantesco flujo de gas estudiando la galaxia NGC 4383 y ahora lo ha descrito en un artículo publicado en la revista especializada “Monthly Notices of the Royal Astronomical Society”. La estructura es probablemente el resultado de poderosas explosiones estelares en la región central de la galaxia, que expulsan enormes cantidades de gas hidrógeno y productos pesados de fusión del interior de las estrellas que explotaron.
Los expertos creen que estas emisiones de gases desempeñan un papel crucial en la evolución de las galaxias al regular su crecimiento y formación estelar. Transportan gas y energía desde una galaxia a su entorno y, con el tiempo, la privan del combustible necesario para una mayor formación estelar. Los cálculos teóricos predicen que el gas se expande en forma de cono en dos direcciones opuestas desde el centro de la galaxia, extendiéndose por encima y por debajo hasta bien entrado en el medio intergaláctico.
La gente ya sospechaba que algo interesante estaba sucediendo en la galaxia, pero los datos superaron todas las expectativas, dijo el autor principal Adam Watts de la Universidad de Australia Occidental. «El gas emitido es muy rico en elementos pesados, lo que nos da una visión única del complejo proceso de mezcla de hidrógeno y metales en el gas que se escapa. En este caso se detectaron oxígeno, nitrógeno, azufre y muchos otros elementos químicos».