Transporte público
Roberto Klatt
Un tranvía sin rieles tiene como objetivo hacer que el transporte público en Perth sea más atractivo para que la gente pueda prescindir del coche. Dado que el transporte desde China no requiere vías, el trabajo de renovación es pequeño.
Perth (Australia). En la mayoría de las grandes ciudades, el tráfico, especialmente el de automóviles, provoca atascos y emisiones nocivas. Actualmente se está probando un tranvía sin rieles de 30 metros de largo en la ciudad de Stirling, que forma parte de la metrópoli de Perth. El proyecto, que involucra a la Universidad de Curtin, la Corporación de Material Rodante de Ferrocarriles de China (CRRC) y las Soluciones de Tecnología de Infraestructura y Electricidad de Shanghai, examinará el comportamiento de conducción y los impactos en las carreteras, entre otras cosas.
Según el alcalde Mark Irwin, el sistema de tranvía sin rieles hará que el transporte local de la ciudad sea más atractivo. El objetivo es garantizar que más personas abandonen sus coches y utilicen el transporte público.
Sin grandes obras de renovación
Dado que el medio de transporte desarrollado en China no requiere vías, los trabajos de renovación necesarios son mínimos en comparación con un tranvía convencional.
El innovador tranvía sin rieles utiliza carriles especialmente señalizados que permiten velocidades de hasta 70 km/h. La orientación del carril se logra mediante el uso de sensores integrados en la carretera. Tiene capacidad para 150 pasajeros, lo que lo hace significativamente más grande que la mayoría de los autobuses. La orientación del carril se logra mediante el uso de sensores integrados en la carretera.
El tranvía tiene propulsión eléctrica con baterías. En principio, también existen posibilidades de utilizar pilas de combustible para producir energía.