Cultura

Promoviendo una cultura que reconozca la diversidad religiosa


Necesitamos una cultura que reconozca la diversidad religiosa

21 de enero de 2018 / Dra. Yasemin El Menouar

El “Día Mundial de las Religiones” fue establecido por los bahá’ís en los EE.UU. en 1950 y se celebra en todo el mundo el tercer domingo de enero, este año el 21 de enero. Incluso fuera de las comunidades bahá’ís, en el Día Mundial de la Religión se recuerda ahora la importancia del diálogo interreligioso para la coexistencia pacífica en la diversidad.

La religión monoteísta de los bahá’ís nació hace 175 años en Irán, donde hoy sus seguidores son perseguidos. Se considera la religión más joven del mundo y cuenta con ocho millones de seguidores. Hoy en día, aproximadamente 6.000 bahá’ís viven en Alemania en aproximadamente 100 comunidades. En 2013 el Comunidad de fe bahá’í reconocida como entidad de Derecho público por el Estado federado de Hesse. Los bahá’ís están particularmente comprometidos con el diálogo entre religiones, por ejemplo a nivel nacional.»Mesa redonda de religiones“o en”Foro Abrahámico en Alemania“.

Este compromiso con la diversidad religiosa y cultural tiene sus raíces en la creencia bahá’í de que todas las religiones del mundo tienen su origen en Dios y que no existe una diferencia esencial entre ellas. Por tanto, las diferencias se deben exclusivamente a la historia. Esta creencia en la unidad de todas las religiones le ha valido acusaciones a los bahá’ís de cooptar otras religiones.

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Como fe religiosa, se deben respetar las ideas de unidad como las que sostienen los bahá’ís. Pero también existe la tentación, fuera de las ideas religiosas, de contrarrestar la demonización de las diferencias enfatizando las similitudes. Sin embargo, existe el riesgo de que esto suceda: las diferencias de fe se nivelan rápidamente y las diferentes religiones se reinterpretan demasiado rápidamente en contra de su propia comprensión. Sin embargo, para una convivencia constructiva entre religiones se necesita una visión más diferenciada, que reconozca las diferencias sin querer juzgarlas del mismo modo. Por eso, en lugar de aferrarnos a las similitudes existentes, se necesita una cultura de reconocimiento de las diferencias religiosas y culturales.

En una sociedad cada vez más plural, el diálogo interreligioso es de crucial importancia. La religión no es sólo una cuestión de creencia personal, sino que también tiene un profundo impacto histórico que moldea la sociedad. Aquí radican tanto las oportunidades como los riesgos de la cooperación. Hasta ahora se ha evitado el hecho de la pluralización religiosa de la sociedad. Las oportunidades que ofrece la diversidad social, cultural y religiosa apenas pasan desapercibidas. Los llamados a la demarcación o la adaptación siguen dominando el discurso.

EL Resultados de la investigación del Monitor de Religión mostrar adónde conducen estas ideas retrógradas sobre la coexistencia. Actualmente existe una gran diferencia entre la percepción del Islam en la sociedad de mayoría alemana y la religión que realmente practican los musulmanes: mientras que el 57% de los alemanes no musulmanes perciben el Islam como una amenaza, los resultados del Religion Monitor muestran que los musulmanes tienen una fuerte influencia vínculo con el Estado y la sociedad. Ante esta contradicción hay que hablar de «diversidad negada», que en última instancia se basa en el miedo al cambio.

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Sin embargo, no se puede detener la pluralización de las sociedades modernas. Además, no hay soluciones definitivas, como se sugiere en los debates sobre la “cultura líder”. Por tanto, es necesario planificar la evolución. Para lograrlo, una sociedad plural necesita un intercambio animado de diferentes voces para comprender mejor las diferencias. Sin embargo, las diferencias no son insalvables, sino que enriquecen el mundo en el que vivimos. El reconocimiento de las diferencias es un requisito previo para que el pluralismo empírico se experimente no como mera coexistencia, sino positivamente como diversidad. Porque sólo trabajando juntos en la diversidad podremos negociar un sentido común que una a todos para el futuro.

El diálogo interreligioso puede contribuir decisivamente a esta cultura del reconocimiento. Porque las diferencias de fe no son fronteras insuperables, sino expresión de la diversidad vivida.




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