Orión es una atracción especial en el cielo invernal: hay muchas nebulosas brillantes hechas de gas y polvo, y algunos de estos objetos pueden observarse fácilmente con binoculares. Con una selección tan grande, los objetivos menos obvios, como el cúmulo de estrellas Collider 69 en la parte norte de la constelación, pueden pasar fácilmente por alto.
Por encima del llamativo cinturón, las estrellas del Cazador del Cielo, Betelgeuse y Gamma Orionis (γ Ori) marcan los hombros de esta figura legendaria (ver “Gobernante del cielo invernal”). Justo al norte de la línea que conecta las dos estrellas se encuentra la brillante estrella azul-blanca Lambda Orionis (λ Ori), de magnitud 3,5, que forma la cabeza de Orión. Esta asociación se ve reforzada por el hecho de que λ Ori está rodeada por un puñado de estrellas más débiles y, de hecho, estas estrellas forman un cúmulo disperso. Su nombre, Collinder 69, hace referencia a Per Arne Collinder (1890 – 1975). El astrónomo sueco estudió cúmulos estelares abiertos y los registró en un catálogo que contiene 471 entradas.
Los binoculares son ideales para identificar visualmente las estrellas dispersas de Collinder 69 como un cúmulo, porque un dispositivo tan compacto permite observar un campo de cielo suficientemente grande (ver “En el norte de Orión”). En este caso se recomienda una óptica bastante pequeña, por ejemplo 6 × 30 u 8 × 40. Esto significa que en las proximidades de λ Ori, especialmente en dirección sur, se pueden observar unas diez estrellas menos brillantes, incluso las más jóvenes. visto.
Con sólo unos pocos millones de años, Collinder 69 es relativamente joven. Las fotografías de larga exposición revelan una burbuja de gas rojiza de unos cuatro grados en esta zona del cielo. Esta tenue nebulosa de emisión, llamada Sh2-264, es el remanente de una nube inicialmente densa de gas y polvo que una vez dio vida al cúmulo estelar. La burbuja probablemente era mucho más pequeña inicialmente y se expandió hasta su tamaño actual bajo la influencia de una supernova dentro del Collinder 69. La vista a través de binoculares no da ninguna indicación de este pasado turbulento, pero estos fondos interesantes ayudan a comprender mejor el aspecto de la colección de estrellas. La distancia del cúmulo de 1.100 años luz sugiere que está asociado con la nube molecular gigante que alberga, entre otras cosas, la famosa Nebulosa de Orión Messier 42. Esta gran región de formación estelar se encuentra al sur del cinturón estelar y es también una lente interesante para observaciones binoculares.
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