Nuestros nietos pueden tener que someterse de un recuento de espermatozoides de pequeño nivel que se considere adecuado para la concepción, según un artículo interesante que apareció en The Conversation.[1] que, entre otras fuentes, asimismo se refiere a un estudio de 2017.[2]
El artículo aborda el tema de la disminución en la cantidad de espermatozoides en humanos, un multiplicador descubierto no recientemente pero que se convirtió en parte de una discusión científica integral ya a fines de la término de 1990 cuando aumentaron los estudios sobre el mismo. El estudio de 2017 calcula que el recuento de espermatozoides en los hombres occidentales se redujo entre un 50 y un 60% en el período comprendido entre 1973 y 2011, con una disminución promedio del 1 al 2% por año.
En el mismo artículo se acento de una especie de «cuenta atrás», asimismo mencionada en un nuevo volumen de la epidemióloga Shanna Swan titulado cuenta regresiva, que se centra en este mismo tema y proporciona algunos datos interesantes. Si los porcentajes que sentimos hoy continuaran en el futuro, extrapolando los datos, a partir de 2060 prácticamente el ser humano dejaría de tener una capacidad reproductiva natural y la mayoría de las parejas tendrían que acudir a la fecundación asistida para tener un peque.
Estas afirmaciones, aunque impactantes, serían apoyadas, según los dos autores del artículo, Alex Ford, profesor de biología en la Universidad de Portsmouth, y Gary Hutchison, profesor de toxicología y ciencias aplicadas en la Universidad Napier de Edimburgo, por algunos evidencia. que los científicos están encontrando. Se acento de anomalías reproductivas y disminución de la fertilidad en los machos de los humanos, así como en los de la vida silvestre en todo el mundo.
A esto se suma un aumento en la tasa de abortos espontáneos y anomalías del progreso en los propios seres humanos, incluidas anomalías en el progreso del pene, intersexualidad (niños que presentan características tanto femeninas como masculinas) y testículos no descendientes. Se alcahuetería de anomalías que, según los dos autores del artículo, estarían relacionadas precisamente con el descenso generalizado del número de espermatozoides.
Todavía hay una amplia discusión sobre las causas: se acento de estilos de vida diferentes a los del pasado pero según algunos científicos la razón debe buscarse incluso antaño del arranque, en la período fetal. Algunos estudios en animales, por ejemplo, han demostrado que las interrupciones en la señalización hormonal durante la período fetal pueden afectar las capacidades reproductivas de los machos humanos en la vida adulta. Estas interferencias hormonales serían provocadas, según los dos científicos, por las sustancias químicas presentes en los productos que usamos todos los días que impedirían que nuestros sistemas hormonales funcionen correctamente. Los científicos ya los han denominado «sustancias químicas disruptoras endocrinas» (EDC) o disruptores endocrinos.[3]
Notas e ideas
- Fertilidad masculina: cómo los productos químicos cotidianos están destruyendo el recuento de espermatozoides en humanos y animales
- Tendencias temporales en el recuento de espermatozoides: una revisión sistemática y un estudio de metarregresión | Modernización sobre reproducción humana | Universitario de Oxford (IA) (DOI: 10.1093 / humupd / dmx022)
- Disruptores endocrinos – Wikipedia (IA)